sábado, 31 de octubre de 2009

Paseando a Chico

Última noche de octubre, temperatura primaveral, un extraño colorido invade las calles: mitad Halloween, mitad Carnaval, el caso es disfrazarse.

Bares cerrando, parques repletos de botellas, sirenas que no cesan. Nadie se inmuta, es habitual, es fin de semana, en Madrid nada sorprende.

Unos adolescentes pierden su inocencia en un callejón (lo siento, no quería asustaros). Amigos que ríen, parejas que lloran y conocidos que se saludan.

Jose recoge la terraza, me vacila, le vacilo, nos reímos. El "gallego" duerme su borrachera junto al Ahorramas, ayer le dí un cigarro, me regaló un abrazo, triste felicidad.

Para el 15, un hombre baja corriendo, alguien le espera. Otro, mayor, se arrastra por el bulevar deseando escapar de la soledad.

Regreso a casa, "Chico" está cansado.

viernes, 18 de septiembre de 2009

La que has liado, majo

Es alucinante, nunca he visto a tanta gente haciendo ejercicio desde primeras horas de la mañana: en el autobús, en el metro, por la calle, en la playa, en la cola de INEM; es imposible no encontrarse con alguien haciendo músculo cargado con alguno de los ladrillos de papel de Stieg Larsson.
Sin entrar en la calidad literaria de la trilogía de Millenium, lo cierto es que esa trama, no sé si surrealista (espero que si), con personajes siniestros, violentos, psicópatas, corruptos, degenerados, te va enganchando hasta el punto que acabas intentando saquear a Botín con una Blackberry.

Lo que es la vida, el autor no ha podido disfrutar ni saborear el éxito de sus novelas, ya están sus herederos metidos en mil batallas judiciales para repartirse los derechos, pero de algo se ha librado: de las numerosas demandas por daños y perjuicios por insomnio (una seria la mía) y por absentismo laboral que ha provocado su obra.

Eso sin contar la psicosis que ha generado entre los internuatas, se me ponen los pelos como escarpias sólo de pensar que una enana, tatuada y sin estudios pueda poner el mundo patas arriba con un ordenador de bolsillo y un conexión a internet vía móvil.
Ahora, cualquiera se levanta a medianoche con tanto asesino de la SAPO suelto, menudo acojone; o pasear por la Gran Vía sin miedo a cruzarse con un güiri musculoso de dos metros que te pueda retorcer el pescuezo sin pestañear.
Querido Larsson, donde quiera que estés, descansa en paz que buena la has liado majete.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Sorolla, espectacular

A las 19,15 horas de un caluroso jueves del mes de agosto me planto en el Museo del Prado. Objetivo, comprar entradas para ver la Colección de Joaquín Sorolla. Ya sé que se inauguró en el 26 de mayo y que hasta hace poco se podían adquirir las entradas por internet. Pero no se trata de poner en entredicho mi pasividad, así que ni un comentario al respecto.

Me acomodo detrás de una señora mayor y de su "pequeño" gran hijo. Sin darme tiempo ni a encender un cigarro, una amable señorita llama mi atención para informarme que a las 19,30 horas se cerraban tres de la cuatro taquillas y que a las 21,30 horas se dejaban de vender entradas. En definitiva, nos estaba invitando a retirarnos y no dar trabajo.

La fila no parecía ser insalvable, como no tenía nada especial que hacer y el calor empezaba a remitir, decidí esperar. La primera hora se me pasó volando escuchando a Sidonie y garabateando un cuaderno. La segunda ya no tanto, a pesar de las "amenas" conversaciones que mantuve con el niño de cincuenta y tantos años que tenía delante.

A las 21,15 horas me planto en la ventanilla, pido cuatro entradas para el día 2 de septiembre (dos de adulto y dos infantiles). La taquillera muy amablemente me pide ver a los niños. Extrañado, pero padre orgulloso de sus retoños, le planto en la ventanilla las fotos de mis princesas. Levanta la vista por encima de las gafas y con más miedo que vergüenza me dice: " tengo que ver a las niñas físicamente, aquí con usted, sino no le puedo vender entradas reducidas".

En un gesto rápido, adelantándose al improperio que empezaba a salir de mi boca, la buena señora me muestra una circular de la dirección con tal absurda decisión. ¿En qué cabeza cabe tener esperando a unos niños dos horas simplemente para que los vea la taquillera si no van a entrar a la exposición ese día?.

Se me ocurren mil barbaridades que decir al respecto, algunas la tuvo que soportar quien no debía y pido disculpas por ello, pero cómo puede ser que, pudiendo adquirir las entradas por internet sin tener que mostrar por webcam a la familia, en la ventanilla tenga que desfilar toda la prole. El mundo al revés.

Ahora, vista la colección, no me duele en absoluto, es más, volvería a pasar por el mismo trago. Disfrutamos con el color, la luz, los paisajes, los pueblos, el dolor, la alegría, la realidad de una época que don Joaquín Sorolla refleja con maestría.
Desconocía la grandiosidad de sus obras, como cuida los detalles, me ha impactado la expresividad de los rostros y me ha sobrecogido como refleja luz del mediterráneo que tanto me envuelve.
Un maravilloso espectáculo que compensa la larga espera y la indignación, porque precio, no tiene precio.

Angel-ITO


martes, 25 de agosto de 2009

Qué cínicos somos!!!

Me he pasado todo el verano viendo a un gran número de inmigrantes patearse la playa durante horas, soportando un calor infernal y cargados hasta las cejas de bolsos, camisas, gafas de sol, vestidos, bañadores, cd´s, dvd´s, cinturones, pulseras, etc.

Vamos, como El Corte Inglés con servicio de toalla y sombrilla, sin cajeras ni probadores, pero con una amplia gama de productos, rebajas, ofertas y hasta posibilidad de cambio, siempre que al día siguiente seas capaz de reconocer al dependiente.
La mitad de los veraneantes llegaron vestidos del Carrefur y han salido desfilando por las pasarelas etiquetados de "Guchi", "Armandi" o "Rai Ban", es decir, igual de horteras pero de marca y cargando con la silla, la sombrilla y el flotador de pato.

Esto es la anécdota, todos hemos picado en alguna ocasión, ¿a quién no le seduce un Lacoste por 15 euros?. Pero de esta oleada consumista mediterránea lo que me ha deja perplejo es lo cínicos que podemos llegar a ser.
Una mañana un bocazas llamó mi atención al grito de: "¿yo comprarles a estos?, por favor". Levanto la cabeza y observo al pregonero, engominado, de pie, junto al corrillo de gente formado alrededor de una maltrecha caja repleta de gafas de sol. !!!Mentiroso¡¡¡ anoche te vi en los puestos del Paseo Marítimo comprando las "Rai Ban" que llevas puestas.

Otro día, mientras intentaba colocar la toalla entre una nube de sombrillas, dejé caer mi oreja en la conversación de un grupo de abueletes que, periódico en mano, comentaban con desprecio y xenofobia las noticias sobre las pateras que llegan a las playas. Ahí mi sorpresa, cuando pasó Abbul cargado con relojes de pega y saltaron como resortes de las sillas, a pesar del riesgo de sufrir lumbago, para comprar el último modelo "Armandi" o "Tuos" al módico precio de 10 euros.

Como todos los años, he coincidido con "La Choni" de turno que compra compulsivamente todo lo que sea de marca, falsa claro. La "Preisler de Gandía", como buena mega estrella de la colchoneta, airea su obras de caridad entre sus amigas presentando a los vendedores como "pobres inmigrantes que de algo tienen que vivir". Joder tía y por qué les regateas 50 cochinos céntimos.

Pero los que más me enervan e irritan, son las grupitos de jóvenes fiesteros de fin de semana que vacilan al senegalés que vende los cinturones de moda con grandes hebillas y que una noche loca de pastilleo, se las dejan marcadas en la cabeza como muestra de gratitud por hacerles una rebaja en el precio.

Es una pena, pero somos unos cínicos.

Angel-ITO

lunes, 24 de agosto de 2009

El sitio de mi recreo

Una calurosa noche del mes de julio, bajo el ensordecedor silencio que reina en casa, combato mi desvelo buscando información sobre "Billie the visión & the dancers". En este rastreo por la red descubro un tesoro, el blog "Mi canción del día". ¡Vaya sorpresa!, una magnifica selección de canciones, con información, discografía y anécdotas de artistas, que me atrapa hasta la madrugada.

Disfruto con el irrepetible Antonio Vega, en un pequeño homenaje a título póstumo por los grandes momentos que me ha regalado con sus canciones. Una décima de segundo, La chica de ayer, Desordenada habitación, El sitio de mi recreo..., me acompañan mientras paseo por mi pasado, disfruto del presente y sueño con el futuro. Y es aquí, cuando, bajo el acompasado ritmo de las melodías de este genio, comienza a fraguarse en mi cabeza la idea de crear mi propio blog.

Consolidada la idea, "Universo de ambigüedades" se asoma al ciberespacio. ¿Con qué intención? simplemente contar mi particular forma de interpretar lo que vea, lea, oiga y sienta. Y si además, consigo que me ilustréis con vuestras, a buen seguro, distintas interpretaciones de una misma realidad: !perfecto!.

Donde quiera que estéis, os invito al sitio de mi recreo. Un saludo,

Angel-ITO